Cerramos el último módulo con la intervención de Rose Potter,
quien ha compartido con nosotros numerosas ideas sobre la motivación hacia la
participación e interacción oral en nuestros alumnos. Retomamos aquí conceptos
trabajados en anteriores módulos como la importancia de la motivación
intrínseca, esto es, el deseo e interés del alumno por aprender y superar retos.
El sentido de pertenencia e identidad del grupo también reaparece, pues es
esencial conocer a nuestro grupo de alumnos, sus inquietudes, sus fortalezas y
debilidades y sobre todo basarnos en sus puntos en común para trabajar de forma
colaborativa, de forma que se impliquen al máximo e interactúen y se comuniquen
en un ambiente de confianza.
Son muchos los factores que influyen en la implicación de
los alumnos en las tareas de interacción y en el hecho de crear un buen clima
en el aula. Desde contar con un mobiliario que pueda ser desplazado fácilmente
y esté situado generalmente en forma de círculo, hasta crear grupos de trabajo
e ir cambiándolos con el objetivo de que todos trabajen y colaboren con todos,
conociéndose más a fondo y propiciando un intercambio comunicativo.
En resumen, conocer las características del grupo de clase
es la clave en base a la cual desarrollar cualquier proceso de
enseñanza-aprendizaje; y propiciar un clima en el que las diferencias de
nuestros alumnos convivan y se complementen con las del resto del grupo con el
fin de lograr un aprendizaje útil y práctico de la lengua meta nuestro gran
reto como docentes.
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